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La comunicación es básica en nuestras relaciones en general y en la pareja en particular, ya que es una conexión a muchos niveles. Igual que puede ser beneficioso y rico, también generará más problemática.

Tener buena comunicación es una gran fortaleza en la pareja. Solo gracias a esta habilidad podemos solucionar problemas que en otras parejas parecen irresolubles, expresar emociones y prestar apoyo emocional, resolver desacuerdos en la convivencia o en la educación de los hijos. Cuando creemos no comunicar (por ejemplo, si permanecemos en silencio), también comunicamos y damos lugar a interpretación por nuestra pareja de nuestro estado de ánimo o nuestras intenciones. Esta interpretación puede ser errónea o no, de allí la importancia de hablar y no esperar a que otro entienda lo que queremos comunicar de manera indirecta. Cada persona interpreta los hechos desde “su cerebro”. Es decir, desde sus experiencias, sus pensamientos, su estado emocional actual, etc. Significa que con nuestro gesto o con nuestra actitud o ánimo queríamos transmitir una cosa, pero el receptor ha percibido otra diferente desde su punto de vista, cosa que irremediablemente dará lugar a malentendidos.

Para que haya una comunicación correcta y eficaz, todos y todas necesitamos aprender ciertas habilidades de comunicación. Al principio pueden parecer forzadas, porque desde la más temprana edad aprendemos a comunicarse a través de nuestros padres y familiares con los que más tiempo pasamos, y sus formas de relacionarse no siempre son las ideales. Sin embargo, con práctica, estilos comunicativos asertivos, no agresivos, amables con otros y con nosotros mismos terminan formando parte de nuestro estilo de comunicación propio.

1. ¿Qué es lo que puede obstaculizar la comunicación y qué va a facilitarla?

2. Nuestros estilos de comunicación

Muchas personas tienen serios problemas de funcionamiento en la pareja porque uno o ambos miembros se comportan siguiendo modelos agresivos o sumisos que provocan en el otro respuestas inadecuadas.

Lo más sano es desarrollar un estilo de comunicación asertivo que permita la defensa de los propios derechos sin menoscabar los derechos de nuestra pareja.

Los principales estilos de comunicación son:

  • Estilo pasivo:
    • Lo tiene la persona retraída, tímida y poco comunicativa.
    • Tiende a relacionarse poco con los demás y no es capaz de expresar sus necesidades, pensamientos y sentimientos. Es decir, se calla aunque sepa la respuesta correcta y si se expresa lo hace de forma derrotista, con disculpas, con falta de confianza, de tal modo que su pareja no le hace caso.
    • No es capaz de defender sus derechos. Generalmente no toma iniciativas ni asume responsabilidades; deja que su pareja le mande y le diga lo que tiene que hacer.
  • Estilo agresivo:
    • Lo presenta la persona explosiva, violenta, desafiante, hostil, que tiende a humillar a su pareja.
    • Siempre quiere conseguir lo que desea y cuando quiere. No se preocupa por los sentimientos, pensamientos y necesidades de su pareja, y tiende a generar conflictos y peleas con la misma.
    • Defiende sus derechos aprovechándose injustamente de su pareja: manda, intimida y manipula. Dice a su pareja lo que tiene que hacer, tomando el control de la situación.
  • Estilo asertivo:
    • Es la persona expresiva, cooperativa y participativa. Se comunica con su pareja de forma clara, directa y no ofensiva.
    • Se relaciona con respeto y es capaz de expresar sus sentimientos, pensamientos y necesidades de forma sincera sin ofender al otro.
    • Defiende sus propios derechos, asume sus responsabilidades y al mismo tiempo respeta los derechos de su pareja, intentando ser honrado, justo y sincero.

En general, una persona asertiva desarrollará con su pareja las siguientes habilidades de comunicación:

 

  1. Dar gratificaciones tanto verbales como materiales, explorando qué es lo que le gusta en concreto a nuestra pareja y no dar por hecho que le gusta “lo que a todo el mundo”.
  2. Agradecer gratificaciones: se suele dar por supuesto que el otro debe llevar a cabo conductas positivas y que no tenemos por qué agradecérselo. Si manifestamos abiertamente nuestra satisfacción le servirá para repetirlo otra vez y sabrá que va bien encaminado.
  3. Pedir gratificaciones: se debe desterrar la idea de que pedir es rebajarnos. Se debe comunicar exactamente qué y cuánto nos gustaría que hiciera la otra persona por nosotros.
  4. Expresar sentimientos negativos. Es necesario que una pareja se comunique sentimientos de tristeza, enfado, frustración, pero haciéndolo de manera asertiva para no terminar en peleas y acusaciones.
  5. Empatizar. Es necesario ponerse en el lugar del otro y ver los problemas desde su punto de vista.
  6. Respetar los derechos asertivos del otro. El derecho a decir “no”, a no dar explicaciones, a expresar opiniones distintas, a ser tratado con respeto y dignidad…
  7. Intercambiar afecto físico: muy importante y frecuentemente olvidado ya que se confunde con intercambio sexual.

En resumen:

  • Cada miembro de la pareja debería identificar en sí mismo y corregir sus principales obstáculos para una comunicación efectiva.
  • Desarrollar actitudes y aprender conductas concretas que faciliten la comunicación mejorará la calidad de la relación de pareja.
  • Lo más sano es desarrollar un estilo de comunicación asertivo que permita la defensa de los propios derechos sin menoscabar los derechos de nuestra pareja.
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